jueves, 9 de julio de 2015

maratón sevilla 2015. crónica y fotos.

Para ponernos en situación voy a hacer un breve repaso a mi corta vida maratoniana. Zaragoza (septiembre 2013 crónica) el debut soñado, carrera casi perfecta en la que dejo escapar unos minutillos, pero sabe a gloria; Madrid (abril 2014 crónica) un infierno, llegaba lesionado y lo junté con una estrategia suicida, mi peor marca; Pamplona (junio 2014, sin crónica) no estaba en mi mejor momento de forma, así que sin posibilidades de mejorar marca, decido acompañar a mi amigo Sergio en su debut, no fue tan fácil como cabía esperar, ni mucho menos.

Por lo tanto Sevilla es la cuarta de la lista, pero la segunda a la que llego para enfrentarme de tú a tú, dispuesto a lo que sea necesario para arañar algo de tiempo a ese 3h20' conseguido en Zaragoza. Durante el plan especifico he cumplido, pero no con el nivel de exigencia, ni las buenas sensaciones que me gustaría y dejándome llevar las ultimas dos semanas, por lo que soy un manojo de dudas. No sé muy bien para que ritmo estoy, mi idea inicial era ir a por 3:10´, pero lo más seguro es que intente 3:15´ o que ni si quiera pueda mejorar mi marca, dudas y más dudas.

Una maratón es una cosa muy bonita, pero si aprovechas para reencontrarte con gente a la que no puedes ver tanto como te gustaría, mejora la cosa, así que eso hice. Fue un reencuentro con Chris(@chrississipi) y Kiko(@harrier388) que fueron unos anfitriones geniales que me hicieron sentir como en casa, con Isa(@Isa_VMS), la segunda mitad de@BecomeFinisher y con Saioa (@Charcodelocos) que ha venido desde Pamplona a animar, a todos ellos he tenido la suerte de conocerlos gracias a twitter y al deporte, ¡VIVA TWITTER!. Fue una pena que fuera baja de última hora mi compañero de fatigas, Sergio (@TriCitius). El jueves llegaba al Puerto de Santa María, en pleno carnaval, viernes y sábado fueron para disfrutar del sur y del buen tiempo, recoger el dorsal en Sevilla y comer mucha pasta. El domingo llega lo interesante.

Domingo 22 de febrero de 2015 5:30A.M. suena el despertador, por fin ha llegado el día, el día que llevo tiempo evitando y deseando que llegue a partes iguales, en unas horas se resolverán todas las dudas, habrá una marca que resuma todos los entrenamientos pasados, o ni eso, un abandono antes de terminar. Aquí es donde empiezan los verdaderos nervios, los días previos he estado muy bien. Lo mejor para los nervios son las rutinas que te hacen sentir seguro, así que como siempre antes de una carrera difícil, una ducha, el ritual de vestirse y el desayuno de siempre. Tostadas con mantequilla y azúcar y un vaso de leche. Nos montamos en el coche y salimos hacia Sevilla, pero antes recogemos a Juanma (@Juanmapatr) que hoy debuta en maratón. A Isa le ha surgido un asunto de trabajo a ultima hora y no puede venir a animar, así que emprendemos el viaje Kiko, Chris, Juanma, Saioa y yo, 3 maratonianos, uno que lo será en unas horas y otra que lo será, no sé cuando, ella tampoco lo sabe, pero lo será. El viaje dura más o menos una hora, hay momentos de silencio y momentos de conversación, pero a decir verdad voy inmerso en mis pensamientos, intentando trazar un plan a seguir, una hoja de ruta que me ayude a llegar, pero sin éxito, finalmente decido no tener una estrategia firme, pero si escuchar mucho a mi cuerpo.


 Hemos llegado pronto pero ya hay mucho ambiente, mucha gente de corto, mucha gente que comparte nuestra afición, las pulsaciones suben, mis tres maratones van pasando por mi cabeza, lo dura que es, lo bonita que es...este rato me está torturando, necesito empezar a correr.

Me está entrando hambre y no tengo nada para comer, he desayunado hace unas horas ya, me invade la negatividad, "me va a dar una pájara, no puedo empezar a correr una maratón con hambre..." tonterías varias que al final consigo apartar de mi cabeza. Vamos caminando hacia el cajón de salida, improvisamos un punto de encuentro para la llegada con Saioa (demasiado improvisado), repasamos donde se va a poner para animarnos, nos hacemos una foto y cada uno emprende su camino.


Juanma ha desaparecido entre la mulitud, Saioa al punto de encuentro, Chris y Kiko a su cajón y yo al mio. Estoy solo, rodeado de miles de personas, pero solo, mientras el GPS busca satélites yo busco fuerzas en mi cuerpo para hacer recuento, parece que tengo lo suficiente para plantar batalla, pero ya veremos como acaba.
Por fin acaba la cuenta atrás y empieza la Maratón de Sevilla, 11.500 corredores tomamos la salida, cada uno con su historia, a pesar de ser tantos se puede correr bastante bien, es una avenida muy ancha en la que hay huecos para ir adelantando. De lejos veo a la liebre de 3h15', bueno en realidad veo también a la de 3h30', han salido por delante de su cajón, cosa que no entiendo, el que quisiese correr con liebre lo va a tener difícil, yo hoy no quiero liebre, hoy no. Otras veces he preferido la comodidad del grupo que tira de ti, pero hoy quiero la soledad del corredor de fondo, quiero que mis aciertos sean solo míos y mis errores también, no quiero decir "es que la liebre iba muy rápido o muy lenta y me jodió la carrera". Hoy soy yo contra la maratón y nada más. En los primeros kilómetros de una maratón siempre hago lo mismo, fue algo que salió improvisado en mi primera media, pero que siempre me funciona muy bien. Me digo a mi mismo que en otras cosas a lo mejor no, pero corriendo soy bueno (a mi nivel), que esto es algo que sé hacer muy bien y me cargo de confianza, diciéndome que si que puedo con ese ritmo y que tiraré hasta el final. Pongo ritmo de crucero 4':30" lo que debería llevarme a 3h10'.

Es el objetivo más ambicioso que puedo ponerme ahora mismo, pero no quiero conformarme desde tan pronto con 3h15', si veo que la cosa no funciona bajaré el ritmo antes de que sea demasiado tarde. Aunque lo ideal es correr una maratón de menos a más, con la segunda media más rápida que la primera, yo creo que soy incapaz de hacerlo, corra al ritmo que corra la primera mitad, es algo que espero que cambie, pero hoy por hoy si quiero acabar en el tiempo que sea, mi estrategia debe ser ganar unos minutos al principio que perderé al final, más que guardar fuerzas y recuperar al final. Así pues, aunque voy a 4':30" sé que estoy corriendo más para 3h15' que para 3h10'. Van pasando los primeros kilómetros y se asientan los nervios, la zancada se adapta al ritmo y la respiración y el pulso son cómodos, si en algún momento paso de 160ppm bajaré un poco la velocidad.


Llego al primer avituallamiento y en los carteles veo que es solido y liquido y quiero comer algo cuanto antes, pero solo había agua, así que me tengo que conformar con eso, es importante empezar a beber desde el principio. Paso por la torre del oro y por la maestranza y ya empiezo a mirar todas las caras del publico, busco la cara de Saioa, debe de estar por el km7.5 según hemos hablado antes de la salida, al ver tanta gente animando y que pasan los kilómetros sin verla, me temo que no vamos a vernos, yo voy pegado al lado izquierdo, pero no sé en que lado estará ella. De repente, cuando ya me había convencido de que no la iba a ver, aparece entre en el publico, me da ánimos y fuerzas en un choque de manos muy rápido, ni me da tiempo a decirle nada.


 Paso el km10 y todo va según lo planeado 45':09", el cuerpo responde y el tiempo también. Las dudas se están despejando, sé que hoy es el día de darlo todo, ahora mismo voy a ritmo de mejorar 10 minutos mi marca así que muy mal se me tiene que dar para no arañar aunque sea unos segundos. Un niño con su madre sostiene un plátano y lo cojo al pasar, el niño se alegra muchísimo y se ríe, pero más me alegro yo, por fin algo para quitarme el hambre, aunque ese plátano alimenta más mi confianza que a mi estomago. Ya vuelvo a ir mirando todas las caras del publico, es posible que Saioa esté por aquí si le ha dado tiempo a llegar, pero no creo que haya podido, por si acaso voy buscando una cara conocida entre la gente y sonriendo, algunos me devuelven la sonrisa o incluso me dedican unas palabras de animo personalizadas leyendo mi nombre en el dorsal.


Llego a la media maratón y todo sigue dentro de la planeado, 1h:35':22" y con buenas sensaciones, que es mas importante. No me parece que ya haya corrido 21km, me parece que acabo de empezar, pero no me confío, porque en una maratón el cansancio entra de golpe, es como chocarse contra un muro o recibir la visita del tío del mazo, la analogía que cada uno prefiera, pero es así. Cuando miro el reloj y veo que voy un poco lento tengo frescura en las piernas para acelerar rápidamente y recuperar el ritmo antes de perder más segundos valiosos. Sigo avanzando inmerso en mis pensamientos, tanto que apenas estoy viendo Sevilla mientras corro por sus calles, es una pena, pero es mi forma de correr, por eso nunca me canso de hacer el mismo recorrido en los entrenos, porque solo mi cuerpo está allí, pero mi cabeza puede estar en cualquier otro sitio, real o imaginario, puede estar en una playa soleada aunque sea de noche y este lloviendo, puede estar luchando contra los 180km de bici de un Ironman -que algún día haré-, puede estar liderando una carrera que nunca ganaré...voy tan distraído, tan en mi mundo, que casi no me doy cuenta de que ya he pasado el km30 y que ha empezado a correr justo detrás de mi alguien a quien no quiero ni ver, el tio del mazo ha llegado como ese que cae mal a todo el mundo pero está en todas las fiestas, como el novio de la chica guapa del bar, como un radar escondido detrás de unos matorrales, esa gente que sabe que molesta con su presencia pero disfrutan con ello.


Entre el kilometro 30 y el 35 me ha ido recortando metro a metro y estoy a su alcance, ¡ZAS! lanza un mazazo, he intentado esquivarlo pero me ha dado, aunque ha sido un golpe superficial y ya se va en busca de presas más fáciles. km36 el más lento de la carrera, igual que Zaragoza, me noto vacío, me arrastraré como pueda hasta la meta, ya me funcionó en zaragoza...Veo que por primera vez en toda la carrera el Garmin marca más de 5 minutos el kilómetro (5:'03") pequeño bofetón de realidad, necesito una estrategia y algo que me de fuerzas para seguir tirando. Las fuerzas me las dan las dos personas que llevo a corderetas desde que he salido, porque hoy corro por los que no pueden, por Sergio y por Saioa, ellos están deseando correr y no pueden así que yo que puedo, no puedo rendirme, tengo que seguir, por ellos y por mi.



 Objetivo no pasar de 5min/km y mejoraré marca. Desde luego ya me despido del 3h10' como ya me podía imaginar desde el principio, voy a ver si me salen las cuentas para hacer 3h15'. km37, quedan 5km y llevo 2h49' corriendo, si voy a 5 pelao las cuentas salen muy justas si le tengo que sumar los 195m finales, tengo que apretar los dientes y tirar a muerte. Voy mirando obsesivamente el reloj, voy cumpliendo, pero la cosa va a estar muy apretada, aunque ahora voy más despacio que al principio, ahora estoy haciendo un esfuerzo mucho mayor, ademas de que ya me duelen las plantas de los pies y mi zancada ya no es lo que era, me está subiendo el pulso, aunque voy al limite me veo confiado con poder hacer un cambio de ritmo en el 40 o en el 41 para no pasarme de listo, cada parcial que miro cumpliendo el objetivo me da más fuerza, voy adelantando gente, cada vez hay más publico.


 Llega el km40 3:03:38 si le sumo 10 minutos  me queda uno para los 195m finales, necesito más margen, aprieto con todo lo que tengo, cada vez me esfuerzo más pero no consigo acelerar, por lo menos tampoco me voy frenando, me mantengo estable, km41 ya veo el estadio a lo lejos, no me quiero guardar ni un gramo de fuerza, quiero la sensación de haber peleado hasta el final. Ya estoy enfilando el estadio, entro por la rampa, me dejo llevar en la cuesta abajo y ahora si que aunque tarde, por fin hago un cambio de ritmo, ya no queda ni una vuelta a la pista de atletismo, paso el km42 me salgo a las calles exteriores para adelantar a gente al sprint, encaro la recta de meta con todo lo que tengo dentro y al final paro el crono en 3:15:17, no es sub 3:15 y mi primera reacción incluso es de enfado.


 Pero ¿qué son 17  segundos en 42km? he ido menos de medio segundo más lento por kilómetro de lo que debería, es para estar contento, muy contento, he mejorado mi marca 5 minutos y he peleado con el maratón de tú a tú y esta vez he salido ganador. Mi estrategia de salir a meter un gol en la primera parte y luego cerrarse atrás a defender ha funcionado. Me caen lagrimas de emoción, de presión de meses liberada por fin, de satisfacción, de orgullo...lagrimas muy diferentes a las que derramé en Madrid, que me recuerdan porque amo este deporte.